Guía de selección de un zapato ergonómico
¿Cómo elegir su primer calzado?
Con el nacimiento de un bebé y de sus padres también nacen muchas dudas y muchos querrán opinar en la crianza. Yo fui una de las madres que cada vez que tenía a su bebé con los pies descalzos escuchaba que me decían, “pobrecito se va resfriar”, “no tiene zapatos”, “tiene frío ese bebé”, es una gran preocupación de las abuelas ver un pie descalzo hace que su mayor instinto maternal salga a la luz y quiera proteger esas pequeñas patitas, ahora cual es el zapato que debería usar un bebé en esta primera etapa de su vida, la verdad es que lo mejor es que pasen el mayor tiempo posible con sus patitas descalzas y cubrir del frío solo con calcetines.
Por fin ha llegado el día, los que tenemos niños en nuestras vidas hemos pasado por el maravilloso momento que es verlos ponerse de pie y dar esos primeros pasos, si hubiera visto mi cara estoy segura que mis ojos brillaban de emoción cuando Alma mi primera hija se levantó y camino orgullosa hacia mí, aquí comienza la aventura de encontrar el zapato que la acompañe en esas exploraciones del mundo que ahora ve desde una nueva perspectiva, de pie.
La podóloga española que muchos amantes de zapatos ergonómicos seguimos Neus Moya recomienda comenzar a utilizar zapatos desde que los pequeños lleven más de 6 meses caminando, y destaca que “el calzado infantil ideal es aquel que permite el desarrollo del pie, como si el niño fuera descalzo”
Aquí te escribiré de acuerdo a sus recomendaciones como debe ser un calzado para que intervenga en la menor medida en la marcha de tu hijo.
La pala: está es la parte que cubre un calzado, formada por la puntera y la lengüeta, está en contacto con el empeine del pie de tu pequeño y debe ser alta, flexible y acolchada, que no provoque fricciones con los dedos y que permita el libre movimiento del pie.
Toe box o puntera: una de las partes más importantes de un zapato, esta debe permitir el libre movimiento de los dedos, los dedos debe tener espacio para estar cómodamente alineados, idealmente cuadrada (anatómica) o redondeada, la principal diferencia entre estas dos punteras es que en el caso de la puntera anatómica el primer radio del pie es decir el largo de todo el de dos gordo hasta la mitad del pie, puede mantenerse recto a medida que crece el pie, no así en el caso de una puntera redondeada que con el crecimiento del pie irá estrechándose y presionando los dedos de tu pequeño, y produciendo una desviación de los dedos que mantenida en el tiempo quede estructurada. Para esto lo mejor es una puntera anatómica que podrá usar cómodamente y sin interferir hasta llegar al límite de talla. Evitar punteras puntiagudas, no respetan el libre movimiento de los dedos del pie, son incómodas, afectan la estabilidad del niño y pueden provocar deformidades.
La lengua: Esta es la encargada de proteger el dorso del pie frente a cualquier rozadura o presión de los elementos de cierre del zapato. Esta debe ser almohadillada, suave y capaz de distribuir las presiones.
La suela: Una y si no la más importante de las partes de un zapato, es la parte que está en contacto con la superficie cuando caminamos, es la que decidirá cuánta información recibimos de la superficie en que nos encontramos. La suela debe ser flexible, tanto para niños y adultos, especialmente en la parte de los metatarsianos, al iniciar la marcha el pie realiza un despegue doblando los dedos para impulsarse, con un zapato rígido este movimiento se ve impedido.
También debe ser torsionable, mientras más pequeño el niño más sin portante está característica, con esto nos referimos a la flexibilidad transversal. Según la podóloga Neus Moya está característica es especialmente importante hasta que el niño adquiere la maduración de la marcha, después se acepta cierta consistencia a la torsión.
Tracción: la suela también debe impedir que el niño resbale en las diferentes superficies. La suela debe ser dura, puesto que los niños tienen mayor grasa plantar que los adultos, esta funciona como un amortiguador natural. Delgadez, como hablábamos la suela es la que nos permitirá recibir la información del suelo y es fundamental que esta sea delgada para la correcta formación de los músculos y tendones, estos deben mediante los estímulos adquirir fuerza y desarrollarse. Esto es especialmente importante los 4 primeros años de vida ya que es donde más información necesitan, en mayor grasa plantar que los adultos, esta funciona como un amortiguador natural.
El drop vendría siendo lo que llamamos el taco o la diferencia de altura de la parte anterior y posterior de la suela. El zapato de tu hijo no debe tener diferencia en la altura de la suela, ya que esto genera un desnivel ósea el drop debe ser igual a 0 ya que este desnivel puede afectar su desarrollo, desequilibrando la postura y desestabilizando el pie.
La plantilla: en el calzado infantil debe ser lo más fina posible y no estar amortiguada, es recomendable también que la plantilla sea extraíble ya que esta puede ventilarse, ayudar a acertar la talla correcta y comprobar la forma que tiene el zapato. También es importante que estas no tengan ningún elemento anatómico que interfiera.
El contrafuerte: es la estructura que se encuentra en la parte trasera del pie, esta debe ser inexistente hasta los cuatro años de edad.
El sistema de sujeción: es el encargado de cerrar y ajustar el zapato, por tanto es importante que este sea regulable. Los sistemas de sujeción más comunes son cordones sistema ideal cuando ya tienen la autonomía para utilizarlos antes es más conveniente el uso de velcro, ya que fomenta la autonomía de tu hijo, también existen cordones de goma ajustables, gomas elásticas gruesas, hebillas etc., los importante aquí como mencionamos es que el sistema de sujeción sea fácil de usar y permita el cierre del zapato de forma uniforme.
¡Felicidades por embarcarte en la emocionante travesía de elegir el zapato perfecto para tus pequeños exploradores! Como padres, comprendemos que cada paso que dan nuestros hijos es un hito lleno de alegría y orgullo.
Recordaré siempre el instante mágico en que mi primera hija, Alma, dio sus primeros pasos con entusiasmo y determinación. Verla explorar el mundo desde una nueva perspectiva, ahora de pie, marcó el inicio de una aventura fascinante.
Siguiendo las valiosas recomendaciones de la reconocida podóloga española Neus Moya, hemos explorado juntos las claves para seleccionar el zapato ergonómico ideal. Desde la pala hasta la suela, cada detalle contribuye al desarrollo saludable de los pies de tus pequeños.
Recuerda, la delgadez de la suela, el drop cero, la torsionabilidad, y otros aspectos que hemos compartido son cruciales para permitir que los músculos y tendones se fortalezcan adecuadamente en estos años cruciales de crecimiento.
Y, por supuesto, la magia del primer paso también se encuentra en el sistema de sujeción. Cordones, velcro, o cualquier opción que elijas, asegúrate de que sea fácil y cómodo para tu pequeño, fomentando su autonomía en cada paso.
En esta travesía, cada zapato cuenta una historia, una historia de aventuras, descubrimientos y crecimiento. Que cada par que elijas sea un compañero fiel en esta hermosa travesía de la infancia.